Heredamos valores, actitudes, reacciones ante ciertas situaciones grabadas por vivencias de algún familiar o de toda la familia
Situaciones de vida o muerte, se graban en nuestro inconsciente biológico a través del ADN.
Por lo tanto, podríamos creer que es natural ser así y sin embargo estar atado a lo que sucedió a nuestros ancestros.
Un reciente estudio han confirmado que estos recuerdos no se diluyen con el pasado de las generaciones y las experiencias de nuestros antepasados se recrean en todos sus descendientes, independientemente de las generaciones intermedias.
El ADN, nuestra identidad se transmite de padres e hijos y nos hace ser quien somos.
Nuestro genoma tiene un sistema que almacena recuerdos, y dichos que pueden llegar a afectarnos físicamente a la hora de afrontar enfermedades o situaciones extremas.